Hoy quiero compartir otro excelente correo del profesor José Ferrer:
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Estimados Colegas, Estudiantes y amigos:
Los que me conocen saben cuál ha sido mi posición respecto al papel que han asumido los jóvenes en los últimos años en Venezuela. Hace ya un tiempo, los critiqué ya que eran individualistas, cortoplacistas y no se preocupaban por la política la cual dejaban en manos de venezolanos ambiciosos y que son los responsables de todos los problemas que vivimos hoy. Siempre recordaré el poema de Mario Benedetti sobre la juventud:
"¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de paciencia y asco?
¿Sólo grafiti? ¿rock? ¿Escepticismo?
También les queda no decir amén
no dejar que les maten el amor
recuperar el habla y la utopía
ser jóvenes sin prisa y con memoria
situarse en una historia que es la suya
no convertirse en viejos prematuros
¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de rutina y ruina?
¿cocaína? ¿cerveza? ¿barras bravas?
les queda respirar / abrir los ojos
descubrir las raíces del horror
inventar paz así sea a ponchazos
entenderse con la naturaleza
y con la lluvia y los relámpagos
y con el sentimiento y con la muerte
esa loca de atar y desatar
¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de consumo y humo?
¿vértigo? ¿asaltos? ¿discotecas?
también les queda discutir con dios
tanto si existe como si no existe
tender manos que ayudan / abrir puertas
entre el corazón propio y el ajeno /
sobre todo les queda hacer futuro
a pesar de los ruines de pasado
y los sabios granujas del presente."
Aunado a lo anterior, mi responsabilidad como profesor universitario exigía y exige fomentar entre mis estudiantes la inconformidad, la irreverencia, el cuestionamiento, el respeto, la tolerancia, la búsqueda de la verdad en los instrumentos de la ciencia (si es que algo como tal existe), la excelencia y el amor por los demás. Y les comento amigos que solo imité a mis padres, a mis profesores de pregrado (Julio Pereira, Rosa Hernández, Julio Fernández, Lidia Vigoya, etc), mis colegas (Nagib Callaos, Osmar Issa, Manuel Claverie, Federico Welsch, etc), mis rectores Mays Vallenilla y Marcelo Guillen y mis panas (Felipe Rodríguez, JV Carrasquero, Carlos Pérez, etc). (Solo por nombrar algunos….)
Por lo arriba expresado, siempre me alegraré cuando un joven proteste, defienda, exija que se respeten sus derechos, luche por sus principios e ideología. Independientemente si coinciden conmigo o no. Esta es la ”maldición” de ser un profesor universitario ya que debemos siempre promover y crear los medios para que cada quien razone, decida y actúe en búsqueda de la felicidad de él, su familia y el colectivo en general, independientemente de su color, religión, clase social o ideología política, nos guste o no.
Por lo tanto, reconozco que si respaldo las protestas de los estudiantes en defensa de las instalaciones deportivas de la USB, que si comprendo las protestas de los estudiantes por un presupuesto justo para las universidades públicas, etc. Ellos están haciendo lo que deben hacer los jóvenes estudiantes:”luchar por los que ellos creen”.
Finalmente, no descansaré por defender el derecho a la protesta o por la libertad de expresión ya que esos derechos fundamentales, además al de la vida por supuesto, son los que justifican nuestra labor como formadores de profesionales, ciudadanos y finalmente seres humanos. No me arrepentiré de estar siempre con ellos en sus luchas y más si son estudiantes de mi querida USB.
Gracias a los estudiantes, a su perseverancia, a sus inquietudes y su inagotable sentimiento creador...muchas instituciones universitarias cuentan con comedor, transporte para todos, pasaje preferencial...¿Sin los éxitos de los estudiantes del ayer, fuera ésta la misma USB?
No acallemos a los jóvenes, prestemos nuestra experiencia para orientarlos para que se conviertan en excelentes profesionales y ejemplares ciudadanos.
Atentamente,
José Ferrer
Dpto. Procesos y Sistemas
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